martes, 25 de agosto de 2009

Martes 25 de agosto

Declaración sobre mayordomía de la creación y cambio climático

Nosotros, miembros de la Red Miqueas procedentes de 38 países de los cinco continentes, nos reunimos en Limuru, Kenya del 13 al 18 de julio de 2009 en la Cuarta Consulta Global Trienal. Sobre el tema de Mayordomía de la Creación y Cambio Climático, buscamos la sabiduría de Dios clamando por la guía del Espíritu Santo al reflexionar sobre la crisis ambiental global. Como resultado de nuestras discusiones, reflexiones y oraciones, hacemos la siguiente declaración:

1. Creemos en Dios--Padre, Hijo y Espíritu Santo en comunidad—, que es creador, sustentador y Señor de todo. Dios se deleita en Su creación y está comprometido con ella (Colosenses 1:15-16 y Romanos 11:36).

2. En el principio, Dios estableció relaciones juntas entre todo lo creado. Tanto las mujeres como los hombres, como portadores de la imagen de Dios, somos llamados a servir y amar al resto de la creación, y somos responsables de rendir cuenta a Dios como mayordomos. Nuestro cuidado de la creación es un acto de adoración y obediencia a nuestro Creador (Génesis 1:26-30 y 2:15).

3. Sin embargo, no siempre hemos sido mayordomos fieles. Debido a nuestra ignorancia, negligencia, arrogancia y codicia, hemos hecho daño a la tierra y hemos quebrantado las relaciones de la creación (Génesis 3:13-24). Nuestro fracaso en ser mayordomos fieles ha causado la actual crisis ambiental, que ha llevado al cambio climático y ha puesto en peligro los ecosistemas de la tierra. Toda la creación ha sido sujeta a frustración y corrupción debido a nuestra desobediencia (Romanos 8:20).

4. Sin embargo, Dios permanece fiel (Romanos 8:21). En la encarnación, vida, muerte y resurrección de Jesucristo, Dios reconcilió todas las cosas consigo mismo (Colosenses 1:19-20 y Filipenses 2:6-8). Escuchamos el gemido de la creación como con dolores de parto. Esta es la promesa que Dios actuará y que El ya está trabajando para renovar todas las cosas (Romanos 8:22 y Apocalipsis 21:5). Esta es la esperanza que nos sostiene.

5. Confesamos que hemos pecado. No hemos cuidado de la Tierra con el amor sacrificial y abnegado de Dios. En vez de esto, hemos explotado, consumido y abusado de ella para nuestro propio beneficio. Con demasiada frecuencia hemos cedido ante la idolatría de la codicia (Colosenses 3:5 y Mateo 6:24). Hemos abrazado falsas dicotomías de la teología y la práctica, separando lo espiritual y lo material, lo eterno y lo temporal, lo celestial y lo terrenal. En todas estas cosas, no hemos actuado de manera justa con nuestros semejantes y con la creación, y no hemos honrado a Dios.

6. Reconocemos que la industrialización, la creciente deforestación, la agricultura y la ganadería intensificadas, como también el consumo ilimitado del petróleo y sus derivados, han roto el equilibrio de los sistemas naturales de la Tierra. El rápido incremento de las emisiones de gases de efecto invernadero está causando el incremento de la temperatura global promedio, con los impactos devastadores que hoy se experimentan especialmente en las poblaciones más pobres y marginadas. El incremento proyectado de 2° C dentro de las próximas décadas alterará sustancialmente la vida en la Tierra y acelerará la pérdida de la biodiversidad. Aumentará el riesgo y la severidad de eventos climáticos extremos, como sequías, inundaciones y huracanes, causando desplazamientos de poblaciones y hambrunas. Los niveles del mar continuarán elevándose, contaminando las fuentes de agua y sumergiendo islas y comunidades costeras. Probablemente veremos migraciones masivas, lo cual llevará a conflictos por la escasez de recursos. Profundos cambios en la frecuencia de lluvias y nevadas, como también el derretimiento de los glaciares, ocasionarán una aceleración de la escasez de agua para muchos millones de personas.

7. Nos arrepentimos de nuestra teología egocéntrica de la creación y de nuestra complicidad en las relaciones económicas injustas a nivel local y global. Nos arrepentimos de aquellos aspectos de nuestro estilo de vida personal y social que deterioran la creación, y de nuestra falta de acción política. Debemos cambiar radicalmente nuestra vida en respuesta a la indignación y la tristeza de Dios por la agonía de su creación.

8. Nos comprometemos ante Dios, y llamamos a toda la familia de la fe a dar testimonio del propósito redentor de Dios para toda su creación. Buscaremos formas apropiadas de restaurar y construir relaciones justas entre los seres humanos y con el resto de la creación. Nos esforzaremos por vivir responsablemente, rechazando el consumismo y la explotación que resulta de él (Mateo 6:24). Enseñaremos y modelaremos la mayordomía de la creación como parte de la misión integral. Intercederemos ante Dios por las personas que más sufren los efectos de la degradación ambiental y el cambio climático, y actuaremos con justicia y misericordia entre ellas, con ellas y por ellas (Miqueas 6:8).

9. Unimos nuestra voz a la del resto de la sociedad para demandar a los líderes locales, nacionales y globales que cumplan la responsabilidad que tienen de enfrentar la crisis del cambio climático y la degradación ambiental mediante los mecanismos y convenciones acordados a nivel intergubernamental, y de asegurar los recursos necesarios para garantizar un desarrollo sustentable. Sus reuniones como parte del proceso del Convenio Básico de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático deben producir acuerdos justos, comprehensivos y adecuados. Los líderes deben apoyar los esfuerzos de las comunidades locales para adaptarse al cambio climático, y deben actuar para proteger la vida y el sustento de las personas más vulnerables al impacto de la degradación ambiental y el cambio climático. Reconocemos que entre ellas las más afectadas son las mujeres y las niñas. Hacemos un llamado a los líderes a invertir en el desarrollo de nuevas tecnologías y fuentes de energía limpias y sustentables, y a proveer apoyo adecuado para que los grupos pobres, vulnerables y marginados hagan un uso efectivo de ellas.

10. Ya no hay más tiempo para postergaciones o indiferencia. Trabajaremos con pasión, persistencia, oración y creatividad para proteger la integridad de toda la creación, y legar un ambiente y un clima seguro para nuestros hijos y los hijos de sus hijos.

Los que tengan oídos para oír, oigan (Marcos 4:23).

[extraído de http://www.micahnetwork.org/sites/micahnetwork.org/files/Mayordomiadelacreacionycambioclimatico-Declaración.pdf]

Red Miqueas - 17 de julio de 2009

Nota: Esta reflexión es un aporte al diálogo entre la fe y la política y no implica ninguna relación del autor con la Coalición Cívica. Para suscribirse al servicio gratuito de reflexiones diarias sobre la política desde la fe, envíe un mensaje en blanco a: elcorazondelapolitica-subscribe@gruposyahoo.com.ar

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