De qué hablamos cuando hablamos de discriminar
Por supuesto que en determinados contextos lo discriminatorio exige un profundo juicio de valor. El recordado filósofo italiano Norberto Bobbio sostuvo la diferencia entre discriminació
Aceptando las convenciones lingüísticas, y para saber de qué estamos hablando, determinados grupos sociales, por ser tan laxos, postergamos los problemas y nos entrampamos en el devaneo entre las verdaderas "distinciones" y "discriminaciones" (no las lingüísticas). Infinitas veces en aras de la "buena conciencia", que no resulta ser otra cosa que un óptimo instrumento de dominio, determinamos "distinciones" que producen una discriminació
Identidad y discriminació
Vale la pena también volver brevemente a la cuestión de la identidad, pensamiento tan útil en los dorados años '60. La "identidad" es un concepto muy usado en la lógica, la filosofía, la psicología, que designa el carácter de todo aquello que permanece único e idéntico a sí mismo, pese a que tenga diferentes apariencias o pueda ser percibido de distinta forma.
Lo idéntico se contrapone a lo distinto y siempre supone un rasgo de permanencia e invariabilidad. Desde Parménides hasta Heráclito, por tomar algunos filósofos, trabajaron esta idea de identidad en su vínculo con la variabilidad del ser.
La identidad tiene un carácter universalizador y disciplinario que exhibe la aceptación de los individuos a valores, sean éticos o morales o soportes referenciales, para preservar determinado orden como también para ayudar a orientar nuestra memoria, constituyendo una ideología que permita proyectar acciones futuras, responsables y creativas. En este sentido, la función de la ideología, al decir de Paul Ricoeur, es la de servir como posta a la memoria colectiva, con el fin de que el valor inaugural de los acontecimientos fundadores se convierta en objeto de la creencia de todo el grupo. La identidad nos constituye y nos diferencia de los otros. Y es la propia identidad la que limita, clasifica y segrega. La diferencia –sostiene Lacan– la debemos pensar no como una afirmación ontológica, sino como una variación sobre el mismo sustrato humano. El "otro" es lo distinto, pero también es lo amenazador, lo que debe permanecer en el sitio que el "poder" le asigna. Otras razas, otro género, otras opciones sexuales, otras maneras de mirar el mundo. Cuando la otra identidad parece amenazadora, discriminar (la negativa, por supuesto) implica la incapacidad de aceptar las formas de ser de otras personas y la imposibilidad de respetar las culturas, siendo esta actitud de discriminació
Discriminació
El rabino Marshall T. Meyer, en un acto organizado por el Movimiento Judío por los Derechos Humanos en la Plaza de la República en el año 1984, sostenía que "hemos decidido recurrir a nuestros recuerdos, porque como argentinos judíos creemos que la memoria colectiva del pueblo judío puede encerrar una enseñanza inestimable para la Argentina toda, una acción que puede ser aprendida, que debe ser aprendida. Nadie puede vivir en libertad o seguridad o comodidad mientras a su semejante les son prohibidos esos privilegios"
En este sentido la propia Biblia propone una dialéctica esencial, en donde sus fronteras son, precisamente, por un lado el acto de recordar y por otro lado su opuesto, que no es la amnesia, sino la acción de no olvidar. El "recuerdo" como práctica activa y el "no olvidar" como actitud pasiva. La pedagogía bíblica, como ejercicio de transmisión, nos asigna una misión abarcativa que indica que no se puede vivir todo el tiempo recordando, pero a su vez resulta obsceno ejercitar el olvido. El profesor Jaim Iosef Yerushalmi, en su célebre libro Zakhor, realiza un desarrollo magistral sobre este tópico. Como dato ilustrativo, nos cuenta Yerushalmi que la palabra "zajor" (recordar, memorizar, rememorar), en todas sus variantes hebreas, aparece 273 veces en la Biblia hebrea. El uso reiterado de este concepto da cuenta de la insistencia simbólica del mensaje. A su vez, el otro de los ejes centrales de la Biblia está enraizado en la práctica de la denuncia como actividad permanente, en oposición al sometimiento del ser humano al conformismo mediocre y al autoritarismo ejercido por ciertos poderosos de la historia, quienes a través del autoritario mecanismo de la corrupción y la instrumentació
En este sentido, soy un convencido de que la insistencia en una pedagogía del recuerdo, en este cruce de la particularidad de lo argentino y lo judío como también en general de cada colectividad, siendo ésta parte de una enseñanza oficial sobre el origen y el aporte de los de las diversas inmigraciones a este país, colaboraría de manera extraordinaria a la superación de paradigmas discriminatorios que tanto daño provocan. Unido a esto, el tema de la Shoá debería ser uno de los puntos significativos, ya que la dimensión que este acontecimiento tuvo en la conciencia universal, sumado al tema la versión del nazismo nacional y sus implicancias en los aciagos días de la dictadura militar, debería ocupar un lugar importante en ese espacio curricular, como ya lo desarrolló el Ministerio de Educación.
Se me ocurre que "un plan general de la memoria lejana y cercana" permitiría en un presente desarrollar la energía social para que la denuncia individual y colectiva pueda tener eco en la propia sociedad de modo tal que los vulnerados por los profundos prejuicios puedan ocupar el lugar comunitario que les corresponde.
Daniel Goldman
Daniel Goldman es rabino de la comunidad Bet-el, Buenos Aires, Argentina.
Nota: Esta reflexión es un aporte al diálogo entre la fe y la política y no implica ninguna relación del autor con la Coalición Cívica. Para suscribirse al servicio gratuito de reflexiones diarias sobre la política desde la fe, envíe un mensaje en blanco a: elcorazondelapolitica-subscribe@gruposyahoo.com.ar
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