Una jornada para la paz posible
Estos pensamientos estuvieron presentes en el encuentro sobre una paz posible, donde nos reunimos creyentes judíos, y cristianos católicos y evangélicos. Allí no faltaron los sueños, ni las búsquedas razonadas. Los sueños y las búsquedas de una paz posible son la afirmación de que la paz es posible. Por esta razón, ocuparon un lugar importante en nuestro encuentro los relatos y testimonios de experiencias en las que paz se hizo posible, cuando para muchos era inimaginable. Relatos y testimonios de experiencias de reconciliació
En este encuentro no entendimos la paz como sinónimo de la individualista "vida tranquila", más bien entendimos que no puede haber verdadera paz sino hay paz para todas las personas. Las presentaciones, reacciones y debates de nuestro encuentro giraron en torno a la fe y esperanza bíblica de la "shalom" de Dios. Paz que no es sólo la ausencia de guerra, sino la armonía de todos los seres y todas las cosas, de acuerdo con el propósito creador de Dios: la correcta relación de las personas con Dios, de cada persona consigo misma y con las demás personas, y de todas ellas con el mundo creado. La paz es ante todo una relación personal con Dios, que nos permite vivir en armonía con su voluntad y estar en paz con nuestro propio ser. Es ésta una armonía interior que nos prepara para vivir en paz con las demás personas, para una vida en comunión de la humanidad toda. Esta comunión en paz de los seres humanos es la condición necesaria para que toda la creación sea redimida para cumplir el propósito creador. La redención de la naturaleza presupone la redención de la humanidad. El ser humano no es salvo "del" mundo, sino que es salvo "con" el mundo; pues él es también, o es al menos, naturaleza; pero es responsable por ella. En la imagen bíblica el ser humano es puesto sobre la creación para cuidarla y cultivarla. Contrariamente a esto, la "hipótesis de guerra" convierte la tierra en un espacio de conquista donde el propósito humano es el dominio. La tierra, en la mentalidad del antiguo Israel, como en la concepción primigenia de los pueblos originarios, es concebida como fuente de la vida, y no como un espacio geopolítico para ser dominado. La posesión de la tierra y sus riquezas está en la raíz de todas las guerras.
La correcta relación con Dios demanda nuestra obediencia a su propósito liberador y reconciliador, de misericordia, justicia y paz. Por esta razón, la paz no se presenta sólo en oposición a la guerra formal; sino principalmente a la injusticia, a la marginación, a la inequidad, al trato inmisericorde, y a cuantas guerras solapadas hacen violencia a las personas, a la humanidad toda y a la naturaleza. Nuestro encuentro, por esta razón, fue un llamado a la acción, a imaginar un mundo nuevo para construir un mundo nuevo. Así, el hablar de la paz posible no puede quedar en meras "palabras", sino orientar y definir la "praxis" humana, junto a la "Palabra creadora". La bienaventuranza de Jesús, en Mateo 5.9, se refiere no a los "pacíficos" o "pacifistas"
[tomado de Valores religiosos]
Emilio N. Monti
El pastor Emilio N. Monti pertenece a la Iglesia Evangélica Metodista Argentina y participó de las "Jornadas ¿qué paz es posible? - Aportes desde el diálogo interreligioso ", llevadas a cabo por el Instituto Superior Interreligioso (ISER) los días 30 de junio y 1 de julio en el Instituto Universitario ISEDET.
Nota: Esta reflexión es un aporte al diálogo entre la fe y la política y no implica ninguna relación del autor con la Coalición Cívica. Para suscribirse al servicio gratuito de reflexiones diarias sobre la política desde la fe, envíe un mensaje en blanco a: elcorazondelapolitica-subscribe@gruposyahoo.com.ar
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