lunes, 7 de diciembre de 2009

Lunes 7 de diciembre

La crisis argentina y la fe cristiana

La Iglesia no sobrevuela la sociedad humana. La Iglesia -Pueblo de Dios que peregrina en la Argentina- es la porción de la sociedad argentina que opta por el Evangelio de Jesucristo. Es decir, habitantes de esta Patria que pretenden vivir la ciudadanía argentina, pensando la realidad social como la piensa Jesús y encarando el compromiso político desde la elección de sus gobernantes hasta la misma militancia política, si así lo sintieran, como lo haría el mismísimo Jesús. Claro está que solamente se hace realidad social cristiana si los bautizados/as se alimentan en la mesa de la Palabra de Dios y se nutren en la mesa de la Eucaristía (Misa). Es decir, si se van transformando en hijas e hijos de Dios, asimilando la verdad y la vida de Jesús, en un proceso de programar la existencia cotidiana conforme al proyecto del Dios de Jesús. Por eso, el Pueblo de Dios organizado en Iglesia ha de orar lo que cree, y lo que ora lo ha de proyectar a la existencia cotidiana en todas sus situaciones y épocas, y así cumplir con su misión de Iglesia servidora de la humanidad.

Vivimos tiempos de Iglesia y país en los que es preciso aclarar una vez más las mutuas relaciones de Iglesia y Estado. No son relaciones de dos sociedades paralelas, como dos Estados con sus derechos y obligaciones. Esta concepción de Iglesia no corresponde al pensamiento de Jesús al enviar a sus discípulas/os en misión de salvación como testigos de la Buena Noticia para que enseñaran al mundo entero lo que Él les había enseñado. Los envió como testigos. Jesús graficó de muchas maneras la misión de ser testigos suyos. "Ustedes han de ser Levadura mezclada en la masa, Sal en las comidas y Luz en lugares oscuros". Jesús piensa en una Iglesia-comunidad testigo de lo que ora, anuncia y colabora en justicia y amor solidario con los demás ciudadanos.

Tampoco Jesús pensó en una vida cristiana que se viviera en algunos momentos de la existencia, como lo piensan no pocos católicos. Son los de misa de domingo que luego tienen "sus propios criterios" en el matrimonio, en la familia, en su profesión, en el trabajo, en la educación, en los negocios, en la política, al margen del Evangelio de Jesucristo. Son los que cometen el pecado de dualismo entre Fe y Vida, pecado que denunció en forma notable el Vaticano II como la raíz de los demás males.

La trágica crisis familiar social-económica-política que padece la Argentina por el hambre y la violencia, la droga y la pérdida de valores éticos elementales no es ajena a una crisis de fe cristiana. "Dios creó esta tierra habitable" (Isaías 45,18) ¿Qué ha pasado con el otrora "granero del mundo", como se la llamó a la Argentina? La Nación Argentina le viene dando la espalda al Dios de Jesucristo. Sí, es hora de que los que gobiernan, en primerísima instancia, atiendan la alimentación, la salud y educación del pueblo y, si hay dinero sobrante, cubiertas las necesidades básicas dignas del pueblo, en buena hora que la destinen para la sana diversión.

Pero es hora también que al interior de las comunidades creyentes en el Dios de Jesucristo se pregunten qué han hecho y qué están haciendo para formar ciudadanos que escuchen el clamor de Jesús en quienes no tienen lo suficiente para vivir en dignidad. No pidamos respuesta de fe cristiana a quienes no han sido formados en el Evangelio de Jesús.

La situación caótica de la Argentina leída a la luz de la Biblia es, para los creyentes en Jesús, un claro desafío para integrar en las nociones básicas de la catequesis de iniciación cristiana la Doctrina Social. El mejor augurio de Feliz Navidad 2009 para futuras navidades será la toma de conciencia de la Iglesia-Pueblo de Dios que el espectáculo nocturno de hermanas y hermanos nuestros revolviendo tachos de basuras para comer es un grito de Dios reclamando justicia social desde un amor solidario. Es el Dios de Jesús que clama en la Argentina: "¡Qué has hecho de tu hermano!". TOMA DE CONCIENCIA: urgencia pastoral más allá de lástima o bronca. COMPROMISO de formarse y formar nuevas generaciones cristianas en la dimensión social del Evangelio de Jesús. Será la actualización del llamado profético del Bautista, que el Adviento clama para que abramos paso al Salvador y evitemos todos los estorbos para el encuentro con el Emmanuel, el "Dios-con-nosotros".

Miguel Esteban Hesayne

Homilía de monseñor Miguel Esteban Hesayne, obispo emérito de Viedma, para el 6 de diciembre de 2009
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Nota: Esta reflexión es un aporte al diálogo entre la fe y la política y no implica ninguna relación del autor con la Coalición Cívica. Para suscribirse al servicio gratuito de reflexiones diarias sobre la política desde la fe, envíe un mensaje en blanco a: elcorazondelapolitica-subscribe@gruposyahoo.com.ar

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