miércoles, 9 de diciembre de 2009

Miércoles 9 de diciembre

Diálogo interreligioso: política y espiritualidad

Tres líderes de las culturas católica, judía e islámica reflexionan en
Todos bajo el mismo cielo (Edhasa) sobre el vínculo entre las religiones y el Estado y sobre la responsabilidad social de los creyentes

Pregunta: La relación entre las Iglesias y el Estado siempre es un tema de debate. Me gustaría que reflexionáramos un poco sobre cómo es este vínculo y cómo debería ser.

Guillermo Marcó: La Iglesia siempre plantea una relación de mutua cooperación en lo que hace a aspectos en común, pero también de independencia, sobre todo la independencia de criterio que tiene que ver con la libertad. [...] El papel de la Iglesia siempre debe ser de un sano aporte en lo que pueda colaborar y de una sana crítica en lo que deba señalar.

Daniel Goldman: Yo abogo claramente por un Estado laico. Obviamente, creo que el Estado laico es aquel que respeta las creencias de todos. En ese sentido tiene que haber una profunda y clara división entre Estado y religión. El tema es cómo insuflar de espiritualidad y religiosidad a aquéllos que participan en las acciones de gobierno, que es diferente. [...] Creo que hay que trabajar para que la política tenga la mística de la religiosidad, el sentido místico de la preocupación por el otro y de que eso sea realmente una de las tareas más sublimes dentro de la esfera política. [...]

Omar Abboud: Desde el punto de vista del Islam, el gobernante tiene que ser una persona de valores éticos y morales como son los propuestos por la doctrina religiosa y no necesariamente tiene que ser un líder religioso. A veces eso se confunde. [...] Después de la crisis de 2001 se convocó a muchos referentes del ámbito religioso justamente por lo que representaban. Ahora, hablando de Estado, no creo que haya divorcio entre política y religión. Desde mi punto de vista el religioso es una persona no sólo intensamente ligada a la realidad sino que tiene un compromiso de orden ético y moral en los asuntos de la comunidad y como tal tiene derecho a opinar y a participar.

Goldman: [...] Por otro lado, la vida religiosa también ayuda en ese necesario ejercicio de reconocimiento de los propios errores y de humildad. Yo creo que hay algo importante para recuperar en la cosa pública: el reconocimiento de los errores. [...]

P: ¿Ustedes creen que los hombres de fe de sus respectivas religiones hacen el suficiente esfuerzo autocrítico [...] ?

Goldman: El esfuerzo de realizar la autocrítica implica ejercer el coraje de ser auténtico: si el judío fuera auténticamente judío, el cristiano fuera auténticamente cristiano, el musulmán fuera auténticamente musulmán, entonces estaríamos en un mundo diferente. [...]

Marcó: Me parece que hay mucha religiosidad nominal. [...] Sin imputar lo que cada uno pueda sentir en su propia confesión, no basta con levantar como bandera algún principio de la religiosidad y después hacer la vista gorda en otros que también son importantes. Luchar contra el aborto es importante porque es importante el valor de la vida, pero también es importante la honestidad. [...]

P: Tal vez desde el ámbito religioso se deberían decir muchas más cosas en relación con la injusticia social, porque el valor de la solidaridad forma parte de la naturaleza de al menos las tres grandes religiones.

Goldman: Creo que en ese sentido tenemos que tener una actitud de denuncia permanente. En cuanto a la sensación individual o a la búsqueda individual, puede haber una satisfacción espiritual, pero nunca una satisfacción en cuanto a la tarea. Tiene que existir una insatisfacción permanente en cuanto a la tarea, aunque suene a que uno se está flagelando. [...]

Abboud: Las religiones tienen un marco de expresión que a priori son los templos o las publicaciones. Pero nuestra función también es alentar señales de esperanza. [...] Nosotros, desde el punto de vista del Islam tomamos el tránsito por la vida terrenal como un viaje en el que el compromiso individual es también un fuerte compromiso grupal. En el campo de lo específicamente social, las carencias nos generan cierto grado de impotencia. Aunque trabajamos para resolver el día a día, la religión no está preparada para resolver la coyuntura.

Marcó: No es su tarea específica. La Iglesia salió a dar de comer en los peores momentos de la crisis, pero no es su función primaria. Es el Estado el que debe generar el bienestar y así como al Estado no le gusta que la Iglesia se meta en sus cosas, la Iglesia pregunta: ¿por qué tengo que dedicarme yo? La función esencial de la religión tiene que ver con alentar la esperanza, infundir valores y hablar de la vida eterna, no generar un estado de bienestar para la gente, esa función es del Estado.[...]

P: Para usted, Marcó, ¿el Estado fabrica pobres o lo hace la sociedad en el marco de una crisis de valores?

Marcó: El Estado los fabrica, el Estado es el que pone el marco regulatorio de la economía [...]. Si se destruyeron las pequeñas y medianas empresas, fue una decisión del Estado; si las volvieron a recuperar, es una decisión del Estado... El haber llevado a la Argentina a tener la mitad de su población en la pobreza no fue una decisión de las confesiones; fue una decisión del Estado por acción, por ignorancia, o por omisión.

Goldman: No ha sido una culpabilidad de las confesiones, pero hay un punto donde las instituciones religiosas jugaron a ser funcionales a un sistema injusto.

Marcó: La Iglesia criticó el modelo neoliberal. Los documentos que fijan el rumbo de la Conferencia Episcopal fueron clarísimos: siempre se criticó el modelo neoliberal que se intentó imponer en el país. Se dijo que iba a destruir el trabajo, que iba a destruir a las pequeñas y medianas empresas y que había que seguir una opción clara porque esto no sirve.

Goldman: Yo no estoy hablando de la Conferencia Episcopal ni de la jerarquía, ¿pero no hubo sectores de la Iglesia que resultaron funcionales al sistema, así como los hubo en la comunidad judía?

Marcó: Puede ser en su calidad de individuos, pero en nuestro caso la postura la fija la Conferencia Episcopal, no la fija el individuo.

Goldman: Gran parte de la sociedad se enamoró con un mensaje que ahora todos critican como si hubieran vivido en otro país.

Marcó: Yo, personalmente, lo vengo criticando desde hace quince años. De todos modos, hay algo que sí tenemos que sostener que es la búsqueda de la verdad, de la justicia y la paz y me parece primordial comprender que nuestros templos no son sociedades anónimas o entidades privadas. Nuestro templo es el mundo y creo que ninguno de nosotros dentro de nuestro carácter religioso está dispuesto a trabajar para un club privado. [...]

Abboud: Yo coincido también con esto último, pero igual creo que no solamente tenemos que ponernos la patria al hombro y generar semillas de esperanza; tenemos que aprender también a compartir las responsabilidades. [...] Hay gente que tiene como "religión" la economía, o la política, o el consumo, y enfrenta el mundo con una visión muchísimo más fundamentalista que las propias religiones. En ese sentido, para nosotros, el Islam debe cumplir el doble papel de hablar a la gente de Dios y asumir como un compromiso religioso el trabajo en favor de la comunidad.

[tomado de http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=739667]

El diálogo entre los líderes religiosos fue moderado por el periodista Ricardo López Dusil, coautor del libro.

Nota: Esta reflexión es un aporte al diálogo entre la fe y la política y no implica ninguna relación del autor con la Coalición Cívica. Para suscribirse al servicio gratuito de reflexiones diarias sobre la política desde la fe, envíe un mensaje en blanco a: elcorazondelapolitica-subscribe@gruposyahoo.com.ar

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