martes, 1 de septiembre de 2009

Martes 1 de septiembre

La vida del político

Cansado. A veces esa es la palabra que me viene a la cabeza cuando vuelvo a escuchar tras la barra del bar el enésimo comentario de un nuevo cliente que, ante la aparición de un político en televisión, carga contra ellos. Comentarios llenos de prejuicios, lugares comunes, generalizaciones, desprecio e insulto. Y no se escapa nadie, da igual el color político del personaje/es en cuestión.

Francamente, creo que pocas personas se han parado a pensar qué debe implicar realmente la vida de un politico. Y no me refiero a la Politica en sí (actividad que considero de las más nobles que se pueden hacer), sino a los agentes, las personas que la llevan a cabo.

No hace mucho acudí a un concierto de Miguel Bosé en mi localidad, y allí coincidí con algunos cargos del PSOE municipal que, al igual que otros que reconocí del PP, habían acudido allí como simples expectadores. Bueno, pues cuando dijimos de pedir algo en común, te encuentras con que deciden no beber nada de alcohol en base a que luego se hacen comentarios en la prensa local de que han visto o dejado de ver en estado de embriaguez. Estas personas buscan refugio en el anonimato de la Capital para poder expresarse como cualquier persona, bailar, tomarse una copa o charlar sobre cualquier tema o con cualquier persona. No sólo eso. Gente que, constantemente y a cualquier hora, debe estar localizable. 24 horas a 365 días al año. Que abandonan muchas veces su vida familiar, sus amistades, que no pueden expresarse con libertad. Ante estas cuestiones., me he parado a pensar si profundizar mi actividad política me merece o no la pena.

Personalmente creo que si nos parásemos a pensar un poco qué implica la vida del político, muchos tendrían que callar. Siempre he creido que los politicos no son más que el reflejo de la sociedad donde han salido (porque no son personas que vengan de otra galaxia),y que las generalizaciones no son buenas compañeras. Sinvergüenzas hay en todos lados, pero que no son asi la mayoría de las personas. Y las personas que llevan a cabo una actividad política no son, ni debemos dejar que sean, una excepción. Eso si, apuesto por que la política no sea una profesión, sino que sea una actividad que se realice con fecha de caducidad y que quienes la lleven a cabo hayan mostrado sus actitudes en otros menesteres profesionales-sociales a los que deben retornar tras su paso por ella.

Y esto se produce en un país donde se pagan cantidades astronómicas por jugadores que dan patadas a un balón, por directivos anónimos que se llenan los bolsillos sin aparecer por sus trabajos o se limitan a estampar una firma, por periodistas que realizan su actividad sin el menor rigor y tratando de condicionar las opiniones de las personas, donde llevan a un personajillo a una tertulia a que lo crucifiquen a cambio de cantidades insultantes….Y todo con el beneplácito de la audiencia-afición-ciudadanía.

Realmente he llegado a pensar que quienes hacen este tipo de comentarios en realidad dicen más de ellos mismos que de lo que tratan de criticar. Cuando lo hacen, me sale una vena irónica-cabrona y, con una encantadora sonrisa, pregunto - Bien, y ante esto que te indigna tanto ¿tú que hubieses hecho? Cuantos "estadistas y revolucionarios" de café, copa y puro me encuentro en las barras del bar.

Para concluir, os recomiendo un artículo de un libro titulado "Zigzag" de Ed Anagrama, que dedica un capítulo titulado "Compadezcamos a los políticos" a este tema. Merece la pena reflexionar sobre el mismo.

[tomado de http://tizaytribuna.wordpress.com/2009/08/13/la-vida-del-politico/]

Nota: Esta reflexión es un aporte al diálogo entre la fe y la política y no implica ninguna relación del autor con la Coalición Cívica. Para suscribirse al servicio gratuito de reflexiones diarias sobre la política desde la fe, envíe un mensaje en blanco a: elcorazondelapolitica-subscribe@gruposyahoo.com.ar

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