La indiferencia ante la violencia
Para revertir la actual situación familiar-social-
¿Qué tenemos que hacer? Me dirijo, en primer término, a seguidores de Jesús y su Evangelio y ofrezco el mensaje cristiano a toda persona que lo quiera recibir. Nosotros los cristianos sabemos o deberíamos saber, que cualquier tipo de violencia, venga de donde venga, no la debemos tolerar ¿Por qué? Porque somos discípulos de Jesús, el "Príncipe de la PAZ", en cuyo nacimiento el Cielo cantó "PAZ a los hombres de buena voluntad" y en todas sus apariciones de Resucitado abre sus labios para saludar anunciando la PAZ, como consigna del Mundo Nuevo que El inició.
Lo primero que tenemos que hacer, entonces, es recuperar el verdadero sentido de la palabra Paz, en clave cristiana. El mismísimo Jesús aclaró que El da "su" PAZ; es decir, con el sentido anunciado ya por el profeta Isaías, que, al describir, proféticamente, el Reino del Príncipe de la Paz, anuncia: "…(Los hombres) edificarán casas y las habitarán y plantarán viñas y comerán de su fruto. No acontecerá que ellos edifiquen y sea otro el que habite; ni plantarán para que el otro sea el que coma… no se fatigarán en vano mis escogidos ni tendrán hijos que los conturben…" Y el profeta Zacarías completa diciendo "En aquel día, convidará cada uno a su vecino a la sombra de su parra y de su higuera". Es que la PAZ de Jesús no es una simple ausencia de conflicto. El contenido real de la Paz de Jesús es una armoniosa convivencia humana, en un perfecto juego de derechos y obligaciones. De ahí que S.Pablo llega a identificar el Shalom (PAZ) con el mismo Jesús Resucitado: "Pues Él es nuestra PAZ (Shalom). el que ha roto el muro de separación, la enemistad" (Efesios 2, 14-15) En la Argentina de hoy, en la que se han levantado muros ideológicos, creando enemistades y exclusiones, el desafío para los seguidores de Jesús, es buscar caminos de una auténtica Paz social-política, codo a codo con hombres y mujeres sinceros, honestos, solidarios, creyentes o no, para que los enemigos se reconcilien y la justicia social sea realidad con trabajo, educación, salud, techo y Dios.
Miguel Esteban Hesayne
Homilía de monseñor Miguel Esteban Hesayne, obispo emérito de Viedma, para el 6 de septiembre de 2009.
Nota: Esta reflexión es un aporte al diálogo entre la fe y la política y no implica ninguna relación del autor con la Coalición Cívica. Para suscribirse al servicio gratuito de reflexiones diarias sobre la política desde la fe, envíe un mensaje en blanco a: elcorazondelapolitica-subscribe@gruposyahoo.com.ar
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