miércoles, 10 de junio de 2009

Miércoles 10 de junio

La política como misión de libertad

Todos/as hemos sido creados por Dios a su imagen y semejanza y por tanto destinados a la vida eterna en el cielo. Desde nuestro cristianismo, vemos al hombre/mujer como el centro de nuestro accionar y, por otra parte, la gran obra de Dios. En este sentido, cuando decimos que buscamos el Bien Común, estamos también actuando como políticos.

Somos "misioneros" porque nuestra misión es aportar al mundo nuestra visión del Hombre como sujeto de la creación. Si no tenemos siempre presente al Hombre, principal creación de Dios, no podemos decir que estamos en sintonía con Dios ni que estamos cumpliendo sus deseos. Los cristianos del siglo XXI no podemos llamarnos como tales si no aceptamos esta concepción. A partir de considerar al Hombre como el centro de la creación, podemos empezar a pensar en el Bien Común, en el Bien de todos los hombres.

Lo primero en la búsqueda de ese Bien Común es desarrollar a ese Hombre. Darle personalidad. Darle libertad. El Hombre en el plan de Dios es libre, esa palabra tan usada pero tan poco comprendida. Probablemente el ser libre es la condición necesaria para todo hombre y mujer. Pero, entonces, debemos preguntarnos: ¿Cómo hacemos al hombre libre?

Nuestra misión como cristianos es hacer que todos los hombres y mujeres sean libres. Pero ser libres implica que tengamos las cualidades para poderlo ser. Dios nos dio esas potencialidades al crearnos, pero necesitamos desarrollarlas, hacer que salgan a la luz. La contracara es la persona que tiene poder, dinero, que lo tiene todo pero que al mismo tiempo está subordinada a estas cosas y que entonces tampoco es libre. Pero eso es otro cantar.

Hoy sabemos que el Hombre tiene muchos derechos y que para realizarse como tal necesita de ellos. Que Dios quiso que esos derechos sean aplicados y que, en la medida que no los podamos ejercer, vamos a estar "mutilados" como personas, que no vamos a poder ser libres. Derecho a una vivienda digna, derecho a vivir en un ambiente sano, derecho a la salud, derecho a una alimentación adecuada, derecho a la formación de nuestra mente y derecho a una educación acorde con los tiempos que vivimos. Sin todos esos derechos, que en definitiva es nuestro capital humano y que nos permiten desarrollarnos, no podemos decir que somos libres.

Este también debe ser la misión de la política. Creo que aquí la religión y la política concuerdan: el Bien Común. Los caminos de cómo llegamos a esto son varios. La política nos tendrá que presentar las distintas alternativas

Alejo Fernández Moujan

Alejo Fernández Moujan pertenece a Casa de Galilea , una organización social que trabaja en el barrio La Cava, en San Isidro y participó en el programa del sábado 7 de marzo de 2009 de "De espectadores a actores", hablando sobre "Asistencialismo, clientelismo o desarrollo de personas".

Nota: Esta reflexión es un aporte al diálogo entre la fe y la política y no implica ninguna relación del autor con la Coalición Cívica. Para suscribirse al servicio gratuito de reflexiones diarias sobre la política desde la fe, envíe un mensaje en blanco a: elcorazondelapolitica-subscribe@gruposyahoo.com.ar

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