Un llamado a servir a través de la política
Desde nuestro lugar de influencia animamos a la participación en política de todos aquellos que tiene esa vocación. Les pedimos que se preparen, que estudien. Argentina necesita políticos honestos y capaces. La honestidad sin capacidad no sirve. La capacidad sin honestidad, tampoco. Ambas deben ir juntas.
Nuestra querida nación ha sufrido un largo proceso de deterioro a causa de los malos ejemplos de muchos políticos. Hubo honrosas excepciones que han pasado a la historia, como la de aquel viejo caudillo político, líder de su partido, que murió pobre. Se ha dicho que el poder corrompe. Estimamos que en la preparación que proponemos debe haber una preparación moral y espiritual para afrontar las tentaciones que trae aparejado el poder.
Suele suceder en periodos preelectorales que somos invitados a formar parte de una u otra agrupación política, no por nuestra capacidad, sino porque podemos conseguir votos. Debemos estar alertas. No podemos vender nuestra primogenitura por un plato de lentejas. En situaciones así es sano tener un círculo de amigos espirituales que nos aconsejen.
En todas nuestras comunidades tenemos preciosos hermanos de todas las edades dispuestos a servir. Cuando hay una necesidad a nuestro alrededor es suplida con amor y entrega. Tenemos jóvenes capaces y sanos. Qué bueno sería verlos contagiando su salud interior a otros. Qué sana influencia para nuestra sociedad será ver a miles involucrados en la política sin temor a contaminarse ni corromperse, porque hay valores muy firmes arraigados en el corazón que les hacen vivir lo que creen y proclaman.
Soñamos con un cambio fundamental en nuestra patria. Queremos dejar a nuestros hijos y nietos un país donde la justicia prevalece, la equidad es prioridad, los derechos humanos de todos se respetan, y la igualdad es real. Es por esta razón que les animamos a no bajar los brazos. Oremos y actuemos. Desde nuestro lugar de fe, de personas con valores cristianos, enseñemos el camino del amor al prójimo. Que la política sea un instrumento en esta sublime tarea.
Nota: Esta reflexión es un aporte al diálogo entre la fe y la política y no implica ninguna relación del autor con
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